Terapia Individual
Aquí empieza el camino
Ansiedad que te aprieta el pecho, tristeza que se instala sin aviso, bloqueos que te dejan en blanco… o ese “no sé qué me pasa, pero no estoy bien”.
FAQ's
- Ansiedad (generalizada, social, ataques de pánico)
- Depresión y desgana crónica (más allá de un día gris)
- Compulsiones: atracones, redes, citas, compras en la madrugada
- Autocrítica feroz y autoestima bajo mínimos
- Vacío existencial, “no encajo” o crisis de edad/etapa
- Duelos, rupturas y cambios vitales que abruman
En resumen: ni terapia eterna ni “tres charlas y listo”; lo justo para que notes cambio real y sostenible.
Ansiedad
Cuando tu cuerpo va en quinta y tu mente sin freno
Preocupación constante, tensión muscular, nudo en el estómago… La ansiedad no avisa, pero se hace notar.
- Palpitaciones o “latidos en la garganta”
- Pensamientos en bucle (“¿y si…?”)
- Dificultad para respirar o tragar
- Sudor frío y temblor en momentos clave
Depresión
Cuando todo pesa y nada ilusiona
No es pereza ni falta de voluntad: es un bajón que vacía las pilas y nubla el día.
- Falta de energía desde que abres los ojos
- Nada ilusiona, ni lo que antes sí
- Pensamientos de culpa o inutilidad
- Dormir mucho o casi nada, sin descanso
Insomnio
Cuando tu mente hace turno de noche
Acostarte cansado/a y despertar agotado/a: el bucle de no pegar ojo.
- Dar mil vueltas antes de dormir
- Despertar a media noche con la cabeza a mil
- Cansancio extremo al día siguiente
- Irritabilidad y niebla mental constante
Baja autoestima
Cuando tu peor hater vive dentro de tu cabeza
Ese diálogo interno que te sabotea antes de intentarlo.
- Te comparas y sales perdiendo
- Miedo a fallar y que “se note”
- Necesidad de gustar para sentirte válido/a
- Dudas constantes de tus decisiones
Hábitos adictivos
Cuando “solo un ratito” se convierte en maratón
Redes, comida, compras… Pasas de “un scroll” a “¿dónde se fue la tarde?”.
- Pérdida de control al empezar
- Culpa y vergüenza después del atracón
- Necesidad de más para sentir alivio
- Ocultar la conducta al entorno

Ansiedad - O por qué tu alarma interna no se apaga
La ansiedad suele vestirse de alerta permanente: todo es urgente, todo da miedo, todo podría salir mal. No estás exagerando ni siendo “dramático/a”; tu sistema nervioso aprendió a dispararse a la mínima. Aquí desgranamos qué la dispara, cómo se alimenta y, sobre todo, cómo bajarle el volumen sin que pierdas tu chispa.
¿Sientes que...?
- El pecho se te encoge incluso cuando todo parece ir “bien”.
- Tu cabeza inventa catástrofes más rápido que Netflix nuevas series.
- Dormir no descansa porque sigues resolviendo problemas en sueños.
- Evitas planes por si “algo” sale mal o te da un ataque.